En el año 1997, una señora murió a los 122 años. En la actualidad, más de 700.000 personas en el mundo ya son centenarias y en España más de 15.000 personas pasan de los 100 años, un segmento de la población que sigue creciendo día a día.
En los últimos años el crecimiento de la esperanza de vida ha sido exponencial. Tenemos que recordar que en el 1900 vivíamos 35 años. Hoy la esperanza de vida es de 80-85 años (las mujeres viven más, ya que los estrógenos las protegen hasta la menopausia). Por lo que, muy pronto alcanzaremos los 120-150 años.
En la Cumbre mundial de criopreservación, TransVision, celebrada recientemente en Madrid, en el Instituto Europeo de Salud y Bienestar Social, presidido por Manuel de la Peña, profesor de cardiología, se dejó constancia que hay grandes inversiones en longevidad que están realizando los megamillonarios como Jeff Bezos, que se retiró de Amazon para comprar Altos Labs, una biotecnológica médica que estudia el retraso del envejecimiento. El doctor Pedro Guillén, reconocido traumatólogo y presidente fundador de la Clínica Cemtro, describe la experiencia que tiene en rejuvenecimiento de tejidos con unos grandes resultados clínicos. Hasta tal punto que ha logrado firmar un convenio de colaboración para poner en marcha varios proyectos en España junto con Altos Labs.
También Elon Musk, a través de Neuralink y la compañía Calico de Google invierten en longevidad extrema, con el objetivo de retrasar el envejecimiento e incluso en revertirlo.
Según José Luis Cordeiro, ingeniero del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) y organizador de la Cumbre TransVision: «hay dos opciones: una, la longevidad extrema y, la segunda opción, la criopreservación». Además, “ya es una realidad la conservación de personas en nitrógeno líquido. De hecho, ya se criopreservan células, tejidos y algunos órganos, y en el mundo hay 500 personas criopreservadas, de las cuales 4 son españoles.”
Cordeiro describió en esta Cumbre que, en EE.UU., ya hay experiencias en biostasis (conservación de personas) como la que lleva la compañía Alcor Life Extension Foundation. Asimismo, hay un aumento de la demanda en muchos países del mundo, lo que ha motivado que recientemente se haya abierto otro centro en Zúrich, que próximamente se vayan a inaugurar centros en Australia y China y el que ya se esté realizando la criopreservación de personas en Rusia y en Alemania.
Por otro lado, según el doctor Manuel de la Peña, la longevidad tiene dos determinantes: los genes (tenemos 20.000 genes) y los hábitos de vida. Si conocemos nuestro genoma humano sabremos la predisposición genética que hemos heredado para sufrir determinadas enfermedades. Hay genes de la longevidad, hay personas que tienen el gen de Matusalén, pero en la expresión de los genes influye el epigenoma, es decir, nuestra capacidad de influir en los factores desencadenantes como son los hábitos tóxicos.
Por eso, una alimentación sana, evitar el estrés crónico, evitar sustancias tóxicas, evitar conflictos emocionales, realizar ejercicio físico (la inactividad física es la cuarta causa de muerte) y la exposición a un medio ambiente adverso, son factores que influyen de manera decisiva en nuestra longevidad y en nuestra calidad de vida. Por este motivo está en auge el concepto de Slow Cities “ciudades lentas”, alejadas del estrés y del mundanal ruido.
Se están haciendo múltiples estudios sobre los telómeros y la telomerasa. Los telómeros son los que determinan la longevidad. Cuanto más alargamiento de telómeros, más viviremos. Para hacernos una idea los cromosomas son como los cordones de los zapatos y los telómeros son como los plastiquitos que se ven en los extremos de los cordones de los zapatos. Cuanto más largos mejor, con el uso se desgastan y se acortan. Y la telomerasa es la enzima que influye en el alargamiento, tal como afirmó el doctor Manuel de la Peña en su entrevista a La Razón.
Lo que está en auge cada vez más son los procedimientos de aféresis terapéutica, donde podemos depurar la sangre y tratar numerosas patologías. España es líder en estos tratamientos. Según el doctor Manuel de la Peña, la sangre es clave en la longevidad y, de hecho, hay estudios donde se reemplaza a las ratas viejas su plasma sanguíneo por el de ratas jóvenes y se observó como corren más rápido a buscar el alimento.
Asimismo, señaló que la medicina predictiva (personalizada) es la clave para diseñar terapias basadas en el genoma de cada paciente.