LA CARTA DE DERECHOS FUNDAMENTALES DE LA UNIÓN EUROPEA

LA CARTA DE DERECHOS FUNDAMENTALES DE LA UNIÓN EUROPEA

LA CARTA DE DERECHOS FUNDAMENTALES DE LA UNIÓN EUROPEA 450 287 El Arte de la Medicina

El Instituto Europeo de Salud y Bienestar Social, como Fundación independiente, con el apoyo de la Oficina en España del Parlamento Europeo, tuvo el acierto de organizar un Foro para analizar las perspectivas que se abren a todos los ciudadanos de Europa tras la proclamación en Niza de la Carta de derechos Fundamentales de la Unión Europea en diciembre de 2000.

El Senado de España quiso colaborar en esa iniciativa prestando su sede y dando todo su apoyo a la celebración de ese Foro. Así, el 22 de junio de 2001, se celebró en el Palacio del Senado esta importante y densa reunión.

En el 2003, el Instituto Europeo de Salud y Bienestar Social y el Parlamento Europeo, a través de su Oficina en España, ha promovido la publicación de las intervenciones que tuvieron lugar aquel día, y el Senado, al igual que hiciera con la organización del Foro, también ha querido colaborar en esta publicación.

carta de derechos fundamentalesLa Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, cuyo texto también se recoge en este libro que ahora ve la luz, constituye un hito fundamental en el largo camino hacia la construcción en una Europa de los ciudadanos. Y las intervenciones que, en aquella Jornada en el Senado, analizaron el proceso de elaboración de la Carta y las inmensa posibilidades que abre al futuro de la ciudadanía europea resultan de indiscutible interés para comprender mejor el alcance y las posibilidades que la Carta encierra.

En dicho Foro, la presidenta del Senado, Esperanza Aguirre subrayó: «Como ha dicho el doctor Manuel de le Peña, la mesa del Senado en la reunión del 14 de noviembre de 2000, ya acordó, la participación de esta Cámara en la organización y desarrollo del foro y acogerlo en su recinto. Por ello para mí es un honor ejercer de anfitriona en nombre del Senado de España, de esta importante reunión en la que acreditados especialistas van a abordar distintos aspectos de un asunto de tanta importancia y trascendencia, mucha más de la que estamos concediendo en este momento, como ha dicho muy bien José M. Gil-Robles, como es la Carta de Derechos Fundamentales de la UE. El Consejo Europeo celebrado en Niza en el pasado mes de diciembre, ya proclamó solemnemente el texto de la carta. En Niza, terminaba un largo proceso de elaboración, que había iniciado el Consejo Europeo de Colonia en Junio del 99, cuando estableció que el actual estado de evolución de la UE había de resumir y poner de relieve en una Carta de los Derechos Fundamentales vigentes a nivel de la Unión. El texto de la Carta, aprobado en Niza, viene a colmar un vacío insistentemente señalado, la ausencia de una declaración de derechos de la UE.”

“Una vez proclamada La Carta y a instancia del Gobierno Alemán, los 15 acordaron convocar para el 2004 una nueva Conferencia que delimitará de forma concreta las competencias que corresponden a la UE y las que corresponden a los Estados Miembros conforme al principio de subsidiariedad y durante el tiempo que tendrá que trascurrir hasta el 2004, se hace muy necesario que la letra y el espíritu de la Carta lleguen a los ciudadanos europeos, para que los conozcan y para que los hagan suyos, y en este sentido, este foro que ahora abrimos es una magnífica oportunidad para profundizar en el análisis de los elementos, de los problemas, de las perspectivas y de las posibilidades que encierra la Carta. La Carta es sin duda, un paso a delante en el largo proceso de construcción en el entramado jurídico y político de Europa, porque Europa no es sólo un espacio geográfico, es, desde la antigüedad clásica, la cuna de todos los conceptos que nos han permitido profundizar en el reconocimiento de la dignidad humana y prosperar moral y A materialmente.”

carta de derechos fundamentalesLos conceptos de persona, libertad o derecho han nacido en Europa y los europeos de hoy tenemos la voluntad y, yo diría que, la responsabilidad de articular un entramado político y jurídico donde esos conceptos puedan desarrollarse en toda su plenitud. Europa se construye sobre la comunidad de valores, la libertad, la democracia, los derechos individuales que hemos heredado de una larga y vieja historia y que están en el origen de su prosperidad. A todos los ciudadanos europeos, pero sobre todo a sus representantes políticos, nos corresponde aprovechar la herencia recibida y profundizar en ella y yo creo que la elaboración de la Carta, ha sido un proceso largo en el que el llamado sistema de convención ha permitido trabajar con rigor y con entusiasmo y el resultado de esta tarea constituye un paso importantísimo en la articulación política de Europa. Pero todos sabemos que la construcción europea, la profundización en los valores de los que antes hablaba, dependen fundamentalmente de la libre voluntad de los ciudadanos, por eso iniciativas como este foro que estamos inaugurando en este momento en el Senado de España, están encaminadas a que la sociedad conozca mejor el contenido de la Carta y las perspectivas que abre para los ciudadanos que queremos una Europa cada vez más libre y cada vez más próspera.

Sras. y Sres., antes de terminar quisiera expresar mi felicitación a todos los que han participado en la Organización de este Foro. Como no, a las dos instituciones sobre las que ha recaído la responsabilidad de la Organización, el Instituto Europeo de Salud y Bienestar Social, admirablemente llevado por Manuel de la Peña y la Oficina del Parlamento Europeo en España, dirigida por Fernando Carbajo.

Por otro lado, D. José María Gil-Robles agradeció muy sinceramente “la oportunidad que me ofrecen de reflexionar en alta voz sobre la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea. Un texto que ha supuesto un hito en la construcción europea, a pesar de no haber sido incorporada aún a los Tratados que, rigen la Unión”.

“Un hito por la forma en que fue elaborada. Ha sido el primer texto comunitario que ha sido elaborado contando con la opinión de los ciudadanos, y no de espaldas a ellos. Lo que puso en marcha el Consejo europeo de colonia como un mero ejercicio de retórica, se convirtió gracias a los Parlamentos nacionales y al Parlamento Europeo en una Convención. Un órgano en el que el diálogo de los representantes del pueblo con los representantes de los Jefes de Gobierno y con la Comisión, el empeño común por lograr soluciones de consenso y la apertura a las aportaciones de la sociedad civil dieron un excelente resultado: un texto claro y sencillo, de fácil comprensión, que contrasta llamativamente con el lenguaje difícil, complicado y oscuro de los Tratados”.

“Los Parlamentos de Europa hemos demostrado nuestra capacidad de responder a las aspiraciones de nuestros electores”.

carta de derechos fundamentales“Es un catálogo bastante completo de derechos fundamentales, que incorpora, junto a derechos civiles y políticos clásicos y a los derechos de ciudadanía europea, los derechos sociales y económicos, exigencia irrenunciable del modelo social y político europeo, que forman parte indivisible, como derechos de libertad y de igualdad que son, de la dignidad de la persona en una sociedad democrática e inseparables de los derechos civiles y políticos. Y, asimismo, la nueva Formulación de derechos en materia de biomedicina y bioética, protección de datos personales, derecho a una buena administración, acceso a los servicios de interés económico general y un texto equilibrado en la definición del contenido de cada derecho. En ese sentido, cuanta mayor densidad de contenido hubiese tenido la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, tanto más difícil habría sido lograr el consenso necesario para su aprobación y para la inserción, en su caso, en los Tratados, dotándola así de efecto jurídico vinculante”.

La elaboración de la Carta ha supuesto muchas renuncias y ha exigido grandes dosis de prudencia y realismo, sin que pueda decirse que se trate de una Carta de mínimos. Desde luego, el capítulo de derechos sociales y económicos ha sido el que ha creado más y mayores dificultades. Por las divergencias existentes respecto de su inclusión en la Carta y con qué alcance, dado el carácter de derechos “programáticos”, no directamente justiciables, que tienen algunos de estos derechos. Y dada también la diferencia de modelos de relaciones laborales y de políticas sociales y económicas de los Estados miembros de la Unión.

Pero, en todo caso, el resultado ha sido ampliamente aceptado, sin duda porque ha sido el fruto de un trabajo presidido por los principios de la colegialidad, de la búsqueda constante del consenso entre los miembros de la convención, así como de la concertación con los observadores, los sindicatos y las ONG’S, de la trasparencia y el equilibrio.