Por: Dr. Manuel de la Peña
En un día tan especial como es este 5 de enero, cumple 86 años Su Majestad el Rey Juan Carlos I de España.
Un día muy especial que coincide con la enigmática fecha de los Reyes Magos, los cuales, según el Evangelio de San Mateo, tras el nacimiento de Jesús de Nazaret, acudieron desde Oriente para rendirle homenaje y llevarle regalos de gran riqueza simbólica: oro, incienso y mirra.
No existen las casualidades, ya que Don Juan Carlos I es considerado en el mundo entero como un verdadero “mago” por haber situado a España como el paradigma de una democracia moderna y de una monarquía parlamentaria, llena de derechos y oportunidades para todos.
La revista Vanitas ha publicado un artículo de gran rigor titulado “¡Feliz cumpleaños Majestad!”, escrito por Carlos Mundy, gran conocedor de las monarquías.
Don Juan Carlos I ha sido un monarca que ha cedido con gran generosidad todos los poderes autoritarios del general Franco, el Caudillo, para crear una España unida, propiciando la reconciliación de los españoles y promoviendo la Constitución de 1978.
El gran escritor José Luis de Vilallonga recogió en su admirable libro «El Rey», que el monarca le confesó que desde un principio tenía muy claro que quería ser el rey de todos los españoles. También recoge como Don Juan Carlos I le dice que de Franco «aprendió a escuchar y callar», y tal vez ha sido una de las claves de su éxito.
El rey Juan Carlos I ha sido el que verdaderamente ha pilotado la transición española a la democracia. Su modelo sigue siendo admirado y replicado por muchos otros países.
Una prueba de todo ello es que todavía en la actualidad es considerado internacionalmente como el mejor embajador de España y el gran artífice de la modernización de un país democrático.
En el ámbito privado, habrá cometido algunos pequeños deslices, inherentes a la condición humana, pero su único gravísimo error ha sido abdicar y dejar huérfanos a todos los grandes patriotas considerados «juancarlistas».
Es digno de admiración observar como el tiempo ha puesto las cosas en su sitio y ha superado acusaciones falsas, que se están volviendo a su favor al constatar que vuelve a relucir su admirable reinado de casi cuarenta años donde prevalecía la armonía, diversidad y respeto mutuo entre todos los españoles, sin discriminaciones geográficas.
Sus grandes virtudes como conciliador, integrador, seductor, entusiasta, empático, plural y multicultural, ponen de relieve que es una figura inigualable e irrepetible para poner a todos de acuerdo.
En definitiva, es evidente que pasará a la historia de España como el mejor Jefe de Estado, en una de las etapas más brillantes y prósperas de la que han podido disfrutar todos los españoles.
El Rey Juan Carlos I mantiene estrechos lazos de amistad con todos los monarcas, Casas Reales y numerosos Jefes de Estado de todos los regímenes del mundo.
Lo que resulta evidente es que los que de verdad conocen a su Majestad más que adorarle le aman y le respetan.